MUSEO FRAY ANTONIO RODRÍGUEZ – GUÁPULO
UBICACIÓN
Guápulo está ubicado al noreste de la ciudad de Quito, a 2.690 metros sobre el nivel del mar, en un valle templado y de ambiente seco en uno de los declives que forma la llanura de Iñaquito (antiguamente llamada Añaquito) hacia el río Machángara.
DATOS DEL MUSEO
Costos
$ 1.50 adultos
$ 1 estudiantes
$ 0.50 niños
Teléfonos: (02) 2565652 / 2541858
Días de atención: Lunes a Viernes
Horario: 09h00-12h00, 14h00-18h00
INFORMACIÓN
RESEÑA HISTÓRICA
Según la
opinión del historiador González Suárez, los antiguos pobladores de estas
tierras posiblemente fueron de origen Chibcha, debido a que en uno de los
valles que comprende el pueblo de Guápulo se hallaron objetos de barro y
cerámica que pertenecen a esta etnia.
Etimológicamente
el nombre de GUÁPULO, es de origen chibcha compuesta por las palabras GUA, que
en castellano significa GRANDE y PULO que significa PAPA; por tanto la
traducción es PAPA GRANDE.
En todos los
documentos estudiados por el padre Juan de Dios Navas, siempre encontró el
nombre de Guápulo como un nombre propio y no como una degeneración de la
palabra Guadalupe como lo sostiene el padre jesuita Bernardo Recio. La explicación
que da el padre Recio consiste en que los nativos no acostumbrados todavía a la
pronunciación de las palabras castellanas, alteraron el nombre de Guápulo con
que hasta hoy es conocida; lo cual no es cierto.
No se niega
que la pronunciación de muchas palabras castellanas por los habitantes, sea
defectuosa, pero entre Guadalupe y Guápulo existe tal diferencia que no se pudo
degradar tanto dicha palabra.
En otro caso
se demuestra que los habitantes pronunciaban muy bien la palabra “Guadalupe”, a
tal punto que los habitantes impusieron a sus hijos como apellido; así lo
demuestran los libros parroquiales de Guápulo. Con esto se demuestra que los
naturales pronunciaban bien este nombre.
Hay otros
lugares en el país, que llevan el nombre de Guápulo, por ejemplo: “es conocido
que en la provincia de Imbabura hay una quebrada en la hacienda Quitumba Grande
cuyo nombre es Guápulo, igualmente, en la provincia de Cotopaxi, en las alturas
de Pujilí una loma se llama también Guápulo”.
ORIGEN DE LA ADVOCACIÓN A LA
SANTÍSIMA VIRGEN DE GUADALUPE.
El origen
primitivo de la imagen, es el siguiente: “en tiempos de San Gregorio Magno era
muy venerada en Roma una escultura milagrosa de la Virgen Santísima, luego fue
trasladada a España, en donde esta preciosa imagen fue objeto del más ferviente
culto, hasta que para protegerla de los insultos y profanaciones de los
bárbaros sarracenos, varios sacerdotes la ocultaron en la sierra de “Guadalupe”
, dejando una relación detallada del origen y ocultación de la estatua.
Seis siglos
después, la efigie fue encontrada por un pastor, que tenía sus ganados en la
sierra de “Guadalupe”, a quien se le apareció
la reina de los cielos y le dijo que lleve a los sacerdotes y al pueblo
hasta ese sitio y que allí junto a las grandes piedras, cavando, hallarán una
imagen preciosa, debajo de la tierra, y luego que la encuentren edifiquen en
ese lugar una capilla, en la que sea venerada.
Debido a que
la imagen fue encontrada en la sierra de Guadalupe, (provincia española de
Extremadura, España) tomo la advocación de Virgen de Guadalupe; que doscientos
años más tarde fue traída a América por los conquistadores españoles y que
actualmente es venerada en este Santuario.
Vista nocturna del conjunto escultórico de Guápulo |
Por otro lado
también existe la advocación de la Virgen de Guadalupe (de México) que aparece
en el siglo XVI, mucho más tarde que la advocación española. La historia de
esta advocación es la siguiente: El 9 de diciembre de 1531 se presenta la
Virgen al indio Juan Diego y le ordena decir al obispo que su voluntad es que
le edifiquen un templo en la colina del Tepeyac, quien finge no dar crédito al
mensaje y por esto la Virgen envía rosas frescas y su sagrada imagen en la
manta de Juan Diego, manifestando a la vez a un tío de éste que su nombre es
Santa María de Guadalupe.
La Virgen de
Guadalupe de México por declaración pontificia es considerada como patrona de
América.
Es importante
mencionar que la Virgen de Guadalupe de México no lleva el niño, mientras que
la de España lleva el niño en su brazo izquierdo.
LA VIRGEN DE GUADALUPE ESPAÑOLA EN
QUITO.
Es posible que
la cofradía a la Virgen se funde en Quito
en el año de 1583 y su veneración fuese en la iglesia de la Catedral de Quito.
Elegido como
lugar de asentamiento el Valle de Guápulo por se dé similar característica que
la sierra de Guadalupe donde nace la advocación a esta imagen, se levanta la
primera capilla en honor a la Virgen María en el año de 1587.
La segunda
edificación se realiza en el año de 1595 a cargo de Fray Luis López de Solís,
la misma que no fue destruida por ningún terremoto ya que en ella se siguió
ejerciendo el culto a la virgen, mientras se construía el santuario actual, Se
la derribó completamente en 1704.
La actual, es
la tercera edificación, iniciada en Agosto de 1649 y terminada en 1693, siendo
el arquitecto constructor el religioso franciscano Fray Antonio Rodríguez y eje
ejecutor de esta gran obra el sacerdote José de Herrera y Cevallos quien
recorrió América con la imagen de “LA PEREGRINA” obsequio del Emperador Carlos
V, con el fin de recolectar limosnas que servirían para la construcción de
dicha iglesia; dinero que fue administrado por la Cofradía de Nuestra Señora de
Guadalupe.
SANTUARIO DE NUESTRA SEÑORA DE
GUADALUPE DE GUÁPULO
FACHADA DE LA
IGLESIA.
La fachada es
de estilo manierista, inspirada en la del templo de San Francisco. Posee dos
cuerpos, en el primero se encuentran cuatro columnas de orden jónico que rodean
el portón, en el segundo cuerpo se observa pilares acanalados, decorados con
faldones laterales, en el centro la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe
tallada en piedra y termina con un frontón triangular; de remate dos torres,
una espadaña y un campanario central en blanco y elegante calicanto.
INTERIOR DE LA
IGLESIA.
En el interior
la planta es de cruz latina de 60 metros de largo por 27 metros de ancho, todo
el cuerpo de una sola nave abovedada y la cúpula con linterna, el interior
decorado con figuras de yesería mudéjar que decoran el cielo.
Entre los
principales artistas que trabajaron para su ornamentación constan: Diego de
Robles, Miguel de Santiago, Nicolás Javier Goríbar, Manuel Samaniego, Juan
Bautista Menacho y Cristóbal Gualoto.
En el interior
de la iglesia encontramos pintura mural que pertenece al siglo XVIII, es
importante mencionar que la pintura mural que se observa al momento es todo lo
que existe, fue encontrada al realizar varias restauraciones, retirando capas
de cal y pintura que tenían las paredes.
En las
pilastras del nartex las pinturas murales que encontramos son anónimas del
siglo XVIII, así tenemos:
- Obispo con báculo y capa pluvial y
San Nicolás de Tolentino.
- San Ambrosio y Santa Gertrudis.
- San Gabriel Arcángel.
- San Simón.
- San Pablo.
Además
encontramos dos lienzos anónimos del siglo XVIII:
- Virgen del Carmen.
- Sagrado Corazón de Jesús.
En el sotocoro
dos lienzos:
- Lado Izquierdo, Virgen María, anónimo
del siglo XVII. Técnica del claro-oscuro.
- En el lado
derecho, Divino Maestro, anónimo del siglo XVII. Técnica del claro-oscuro.
CUADRO DE LA
INMACULADA CONCEPCIÓN.
Miguel de
Santiago. Siglo XVII.
La imagen de
ondulada cabellera, junta las manos sobre el pecho, posee un túnica blanca y un
manto azul, está pisando a la serpiente como símbolo de vencimiento al pecado.
Sobre su cabeza está la Santísima Trinidad y alrededor se encuentran los cuatro
doctores de la iglesia: San Ambrosio, San Gregorio Magno, San Agustín y San
Jerónimo. A continuación está San Buenaventura y Santo Tomás de Aquino; y en la
parte inferior Alejandro VII y Felipe IV sosteniendo el mundo en sus manos en actitud
de consagrarlo a María.
ECCE HOMO.
Anónimo. Siglo
XVII.
SEÑOR DE LA
MISERICORDIA.
Anónimo. Siglo
XIX.
Es una imagen
de vestir, encarne mate y ojos de vidrio. El retablo es anónimo del siglo XX y
está recubierto con pan de oro.
PINTURA –
RETABLO DEL ÓRGANO CELESTIAL.
Nicolás Javier
Goríbar. Siglo XVII.
En este lienzo
se representa un gran retablo de orden corintio de dos cuerpos con una gran
corona por remate. Se destaca en el centro la virgen del Pilar, rodeada de los
apóstoles, sobre ella el tránsito de la virgen cercada de ángeles. Alrededor,
cuatro personajes sedentes, en actitud de tocar el órgano en honor a la Virgen
María.
Además en la
pared alegorías marianas, en pintura mural.
PINTURA -
RETABLO DE LOS MISTERIOS GOZOSOS.
Atribuido a
Manuel Samaniego. Siglo XVIII. (1780).
Encontramos
escenas de la vida de la Virgen María como:
- La anunciación del arcángel Gabriel a
la Virgen María.
- La visita de la Virgen a su prima
Santa Isabel.
- Nacimiento de Jesús en Belén.
- La presentación de Jesús en el
templo.
- Jesús encontrado en el templo con los
doctores.
- Corazón de Jesús, María y José.
JUBE DEL CORO.
Tallado por el
artista Juan Bautista Menacho y terminado su dorado en 1736 por Cristóbal
Gualoto, su calado moriscano armoniza perfectamente con el púlpito, altares y
seguramente lo hacia con el Altar Mayor.
RETABLO DE LA
VIRGEN.
Anónimo. Siglo
XVII.
Escultura de
la Virgen, anónima del siglo XVII, tallada en madera y dorada con la técnica
del esgrafiado.
RETABLO DE SAN
ANTONIO DE PADUA.
Anónimo. Siglo
XVIII.
San Antonio,
escultura anónima del siglo XVIII, tiene en su mano un libro y el niño Jesús
sobre éste. En la parte superior del retablo la presencia de un Santo
Franciscano, anónimo del siglo XVIII.
PÚLPITO.
Juan Bautista
Menacho. Siglo XVIII.
Es considerado
como uno de los mejores de Latinoamérica por su diseño, estilo y forma que son
únicos. Fue esculpido por Juan Bautista Menacho en 1716 y dorado en 1723 por
Cristóbal Gualoto. Es de estilo barroco-churrigueresco, se compone de siete nichos
u hornacinas con sus respectivas imágenes:
- San Francisco Javier.
- San Pedro.
- San Ignacio de Loyola.
- Santa Catalina de Siena.
- San Juan Buenaventura.
- Ángel.
- San Isidro Labrador (sustraído en
1996).
- Santo Tomás de Aquino (respaldar).
- San Ambrosio (coronamiento).
APARICIÓN DE
LA VIRGEN DE LA NUBE.
Atribuido a
Alejandro Salas. Siglo XIX.
Aparecida en
Quito en el año de 1696, la inscripción nos dice: “El honorable canónigo
Magistral sor D. Joaquín Borja Yerovi. Los terciarios franciscanos y el
honorable clero secular y regular y el pueblo católico de Quito conmemoran con
la peregrinación del 30 de diciembre de 1900. La aparición de la Santísima
Virgen de la Nube vista por más de 500 personas que cantaban el rosario en la
tarde del 30 de diciembre de 1696”.
En este lienzo
podemos observar la peregrinación de las personas en la plaza de San Francisco,
además un fondo paisajístico con la vista del volcán Cayambe y del Santuario de
Guápulo.
RETABLO DE LA
VIRGEN DE LA NUBE.
Atribuido a
Juan Bautista Menacho. Siglo XVII (1698).
Ubicado en el
crucero izquierdo, es de estilo barroco, tallado, dorado y policromado. En el
centro se encuentra la imagen de la Virgen de la Nube, obra del artista
cuencano Daniel Alvarado, hecha en el año 1902 y recuerda su milagrosa
aparición en Quito en 1696, además este artista tallo dos efigies idénticas a
la que se encuentra en Guápulo destinados para el pueblo de Azogues y el Turi.
Este retablo
está decorado con ocho lienzos que representan a los arcángeles, pertenecientes
seis de ellos a Miguel de Santiago, y dos a Marco Tulio Rubio del siglo XX.
CAPILLA DEL
SANTÍSIMO.
Retablo
atribuido a Juan Bautista Menacho. Siglo XVIII.
Es uno de los
más valiosos en el país, en él se conjugan el arte barroco, churrigueresco, mudéjar
e indígena, con recuadros de espejuelos. En el nicho central se encuentra la
“Peregrina de Guápulo”, lienzo en el que se mezclan técnicas de pintura con
bordados en hilo de oro y plata, con el escudo de águila bicéfala y el
Santuario de la Virgen en Extremadura. Es una obra de origen español
perteneciente al siglo XVI.
Esta imagen
fue un regalo del rey Carlos V. Este es
precisamente el cuadro que el Padre José de Herrera y Cevallos utilizó en sus
viajes por los pueblos en busca de recursos para la construcción del Santuario.
RETABLO
PRINCIPAL.
Hermanos
Tejada. Siglo XX.
Este retablo
está dedicado a la Virgen de Guadalupe, advocación española, llamada también
Virgen de Guápulo por la población en la que es venerada.
El actual
retablo pertenece al siglo XX, debido a que el original se incendió en el año
1839, al igual que la imagen de la Virgen de Guadalupe que fue tallada en el
siglo XVI por el escultor español Diego de Robles. Este retablo fue construido
por los hermanos Tejada (Leonardo y Miguel Ángel), basados en un lienzo pintado
en el siglo XVII por Miguel de Santiago. Fue terminado en 1935, está hecho en
madera de cedro y recubierto con pan de oro. La imagen actual de la Virgen es
de 1953, obra del artista Montesdeoca (oriundo de San Antonio de Ibarra).
En el retablo
se encuentran algunos personajes tallados en alto relieve, desde abajo hacia
arriba se encuentran:
- En el primer cuerpo los cuatro
evangelistas:
Marcos (león),
Lucas (toro), Juan (águila) y Mateo (ángel).
- En el segundo cuerpo, cuatro
discípulos (apóstoles):
Santiago
Menor, Pedro (llaves), Pablo (espada), Bartolomé.
- En el tercer cuerpo a los cuatro
profetas menores:
Ageo, Jonás
(dragón), Joel y Malaquías (alas).
RETABLO DE SAN
PEDRO DE ALCÁNTARA.
Atribuido a
Juan Bautista Menacho. Siglo XVIII.
Ubicado en el
crucero derecho, es de estilo barroco, tallado en madera de cedro y aliso,
dorado y policromado. En el centro se encuentra la imagen de San pedro de
Alcántara, obra del siglo XVII, atribuida al Padre Carlos. Está decorado con lienzos
referentes a la vida de dicho santo, algunos de ellos atribuidos a Isabel de
Santiago.
EL JUICIO
FINAL.
Anónimo. Siglo
XIX (1844).
Observamos el
cielo y el infierno, facetas propuestas por la Iglesia Católica.
INTERIOR DEL MUSEO
PRIMNERA SALA:
SERIE DE
CUADROS DE LOS MILAGROS DE NUESTRA SEÑORA DE GUADALUPE DE GUÁPULO.
VIRGEN PROTEGE
A DON DIEGO DE LA PEÑA.
Miguel de
Santiago. Siglo XVII.
La inscripción
de este lienzo dice. “Viniendo de Panamá, Don Diego de la Peña a la punta de
Santa Elena queriendo saltar a tierra en un a balsa con el piloto y dos
marineros estuvieron a riesgo de ahogarse e invocaron a la Santísima Virgen de
Guápulo, se apaciguó la mar y llegamos a puerto el 21 de agosto de 1670.”
MILAGRO DE LA
VIRGEN EN EL SANTUARIO.
Miguel de Santiago,
siglo XVII.
La inscripción
de este lienzo dice: “En el año de 1646 en presencia del Señor Obispo D.
Agustín Duarte y el Presidente D. Martín de Arriola, llegó una india
endemoniada estando en la Misa Mayor y quedó muerta y después que se acabó la
Misa se levantó sana y buena”. En esta composición aparece el antiguo retablo
al fondo y en el presbiterio se destacan el Obispo y el Presidente con su
respectivo cortejo.
MILAGRO DE SAN
NARCISO.
Anónimo del
siglo XVIII.
El obispo San
Narciso, santo de Portugal. Junto al lienzo pintura mural del siglo XVIII.
VIRGEN DE
LORETO CON EL NIÑO JESÚS.
Miguel de
Santiago. Siglo XVII.
El traslado de
la Casa de la Virgen de Nazaret a Loreto. Los ángeles son los transportadores
del inmueble, sobre cuya cubierta se encuentra la imagen de María sedente y con
el niño en el brazo izquierdo.
AMPARO DE LA
VIRGEN A LOS LABRADORES.
Miguel de
Santiago, siglo XVII
En este
lienzo, Nuestra Señora con su bondad envía las lluvias oportunas para henchir
de savia y de verdura los árboles y las mieses, la inscripción dice: “Con el
sol con el agua por todos tiempos a pedir de boca, a los labradores N. S DE
Guadalupe nos ampara”.
SAN JERÓNIMO.
Anónimo. Siglo
XVIII.
Doctor de la
Iglesia con el león en sus pies.
MILAGRO DE LA
VIRGEN POR LA SEQUÍA.
Miguel de
Santiago. Siglo XVII.
La inscripción
dice: “En 1621 hubo en la ciudad de Quito una sequía grande que se abría la
tierra en muchas grietas y llegó a morir todo el ganado y en punto de perecer
la gente, sino acordaran llevar a la Virgen en procesión y la pusieron en S.
Bárbara de donde la llevaron a la Catedral y al punto con lluvias socorrió la
necesidad “.
Esta leyenda
recuerda un hecho traducido pictóricamente por Miguel de Santiago. En el fondo
del lienzo palpita reverberación del sol calcinante del ambiente y del suelo
agrietado y reseco.
ORNAMENTOS
LITÚRGICOS.
Anónimos.
Siglo XIX.
Sobrefrontal,
capa pluvial, manipulo, estola, paño humeral, dalmática.
Estos
ornamentos litúrgicos fueron utilizados por los sacerdotes para celebrar las
misas (antiguamente realizadas en latín y de frente al altar), en esta se puede
observar la técnica de la manufactura empleada para la confección de dichos
ornamentos. Esta bordado con hilos de oro y seda. Esta es la más clara
representación del amor que el sacerdote siente a Dios, expresado en el
misterio de la Santa Eucaristía.
CASTIGO DE LA
VIRGEN A FRANCISCO ROMO Y SUS HIJO.
Miguel de
Santiago. Siglo XVII.
El artista
puso iniciales de su nombre (M.D.S.T). La inscripción en letras de molde
expresa ambos sucesos: “Habiendo prometido D. Francisco Romo ir a pie a un
Novenario, fuese a mula y le arrastró desde la esquina de la plaza en el año de
1665. Y un hijo suyo estando comiendo se le atravesó un hueso y lo sacaron
lleno de sangre”.
El artista,
para representar estos hechos, ha echado mano de un lienzo que ha tenido en el
fondo la pintura de una sagrada familia. La Virgen de Guadalupe que se divisa
arriba dirige el movimiento de los dos grupos que componen las dos escenas
milagrosas. El tiempo, con la luz que se proyecta en el cuadro, ha desvirtuado
el colorido sobrepuesto y va apareciendo poco a poco la pintura primitiva.
SAN LUIS
GONZAGA.
Anónimo. Siglo
XVIII.
Escultura
tallada, encarnada, con ojos de vidrio, hábito jesuita con capa.
SAN FRANCISCO DE
ASÍS.
Anónimo. Siglo
XVIII.
Escultura de
madera, encarnada y estofada, con manos de plomo. Fundador de la Orden
Franciscana, presenta las llagas o estigmas en las manos, pies y costado
derecho al igual que Jesucristo. Tiene el cordón franciscano con tres nudos que
representan la pobreza, castidad y obediencia.
SANTO
FRANCISCANO.
Anónimo. Siglo
XVII.
Tallado en
madera, encarnado.
SAN GABRIEL
ARCÁNGEL.
Anónimo. Siglo
XVII.
Es también
llamado el Arcángel de la Anunciación, porque él fue quien anunció a la Virgen
María que iba a tener un hijo, por obra y gracia del Espíritu Santo. Lleva la
vestimenta como los guerreros romanos, su mano la dirige al cielo.
Con el anuncio
del ángel a María da inicio nuestra redención.
MILAGRO DE LA
VIRGEN DE GUÁPULO A DOÑA MARÍA CASTRO.
Anónimo. Siglo
XVII.
La inscripción
nos dice: “el año de 1661 Doña María de Castro... invoca a la Virgen
Santísima”.
PLATERÍA
SACRA.
Anónimos.
Siglos XVIII, XIX, XX.
Objetos
utilizados para la celebración de la Misa.
- Cálices, para poner el vino.
- Acetre e hisopo, para el agua
bendita.
- Cruz del altar.
- Mariola, con la imagen de la Virgen
de Guápulo.
- Copones, para guardar las Sagradas
Formas.
- Incensario
- Candelabros, decorados con coral
rojo.
- Floreros hechos de plata repujada.
SAN MIGUEL
ARCÁNGEL = Fortitudo dei = Fuerza de Dios.
Anónimo. Siglo
XVII.
San Miguel
Arcángel, defensor del cielo, tiene como misión proteger a las personas de toda
tentación y mal. Sus atributos son la vestimenta de guerrero romano (aparece
esta clase de representación por el siglo XVII antiguamente se los representaba
con túnicas largas) una lanza o un espada en su mano, está pisando una
serpiente o un dragón que representa al demonio que ha sido vencido.
MILAGRO DE LA
VIRGEN.
Miguel de
Santiago. Siglo XVII.
LA VIRGEN
PROTEJE A MANUEL GÓMEZ.
Miguel de
Santiago. Siglo XVII.
Salvación de
la embestida de un toro bravío, la inscripción nos dice: “en el año de 1635 a
Manuel Gómez le encontró en la puerta de su casa un toro y le dio una herida en
la pierna que estuvo desahuciado del doctor y como no halló remedio humano se
puso a medida de la Virgen y se sanó dentro de una noche”.
VIRGEN INMACULADA.
Anónima. Siglo
XIX.
Escultura
tallada en madera, policromada y encarnada. Tiene doce estrellas sobre su cabeza
que representan a los doce apóstoles, viste túnica blanca, símbolo de pureza y
un manto azul y rojo, símbolo de sabiduría y amor, respectivamente. Está
pisando a la serpiente como símbolo de vencimiento al pecado y tiene la luna
bajo sus pies que representa la fertilidad.
SAN ISIDRO
INQUISIDOR.
Anónimo. Siglo
XVII.
MILAGRO DE LA
VIRGEN.
Miguel de
Santiago, siglo XVII.
MILAGRO DE LA
VIRGEN A LOS PEREGRINOS.
Miguel de
Santiago. Siglo XVII.
Milagro a la
india de Pujilí. Este milagro ha dado ocasión al artista para diseñar unas
figuras a la manera de Goya con fondo de paisaje montañoso. La inscripción
dice: “En el año de 1634 trajeron un india del pueblo de Pujilí enferma que
había estado años tullida viéndose imposibilitada de la salud acudió al remedio
de la Virgen Santísima. Y fue a su casa habiendo asistido diez días luego de
ir... sana y buena”.
MILAGRO DE LA
VIRGEN A LOS LABRADORES.
Miguel de
Santiago, siglo XVII.
Hay varios
lienzos que se conservan en la antigua sacristía de Guápulo y todos realizados
por Miguel de Santiago, en los cuales incorporó un elemento nuevo, el paisaje
ecuatoriano, como fondo dominante de la composición. Esta manera de aprovechar
la naturaleza paisajística no era, desde luego, desconocida en el tiempo de
Miguel de Santiago. Los impresionistas han reconocido en ellos a los
precursores de su predilección por la luz que envuelve y matiza los objetos.
El mismo tema
del milagro obligó a Miguel de Santiago a sentir la impresión de la naturaleza
del país. Un cielo cubierto de nubarrones que amenazaba desatar la tempestad
sobre los seguidores ante la invocación a Nuestra Señora de Guadalupe.
Los árboles y
los campos demuestran su vitalidad y alegría por la lluvia oportuna que ha
hecho caer la Virgen en consecuencia a la petición de sus devotos.
Un panorama de
suelo tostado por la sequía con una atmósfera calcinada sirve de fondo a un
grupo de quiteños que imploran a Nuestra Señora de Guadalupe, cuya imagen
diminuta aparece en el cielo sombrío y despiadado. Perspectiva de montañas
macizas y desiguales contrastan con la insignificancia de un grupillo de indios
romeros o de un caballo encabritado que lanza a su jinete contra el suelo. En
todos estos lienzos la decoración absorbe el motivo. El artista ha sido sincero en la expresión de
la naturaleza circundante. Las montañas y el cielo son los auténticos de Quito,
imponentes, sombríos a veces, como los cuadros de un pintor impresionista.
CIRIALES.
Anónimos.
Siglo XVIII.
Servían para
poner los cirios y eran utilizados en las procesiones o ceremonias solemnes, al
igual que la cruz procesional.
CRUZ
PROCESIONAL.
Anónima. Siglo
XVIII.
Cruz de tipo
granada, formada por un pedestal de madera y la cruz propiamente dicha, hecha
con aleación de plata y cobre.
NIÑO JESÚS.
Anónimo. Siglo
XVIII.
Escultura
tallada en madera, encarnada con ojos de vidrio.
NIÑO JESÚS.
Anónimo. Siglo
XVIII.
Escultura
tallada en madera, encarnada y charolada.
SEGUNDA SALA.
VIRGEN MARÍA.
Anónima. Siglo
XVI – XVII.
Escultura tallada en madera, encarnada y
esgrafiada.
INVOCACIÓN DEL TOLEDANO.
Miguel de Santiago. Siglo XVII.
MARIOLAS.
Anónimas. Siglo XIX.
Hechas en plata.
BARGUEÑO.
Anónimo. Siglo
XVIII.
Conocido
también como secretero, ya que entre sus múltiples cajones existe un cajón
secreto, en el cual el dueño guardaba joyas, papeles importantes e incluso
dinero. Este tipo de muebles fueron comúnmente utilizados en el siglo XVIII por
personas que pertenecían a la clase alta. En este caso como éste pertenecía a
los religiosos se lo utilizaba para guardar objetos litúrgicos. Este mueble
está decorado con la técnica de la taracea que consiste en incrustar madera de
un color sobre madera de otro color o incrustaciones de hueso y marfil.
Los bargueños
son originarios de la ciudad de Vargas, cerca de Valladolid, en España, en
donde se perfeccionó la técnica del taraceado.
CÓMODA.
Anónima. Siglo
XVII.
Tallada en
madera, policromada y estofada.
CRISTO.
Anónima. Siglo
XVII.
Escultura
tallada en madera con goznes en los hombros, tiene la técnica del encarnado y
el charolado (brillo que poseen las esculturas), que el artista lo conseguía
frotando la vejiga del cordero con la saliva sobre la escultura.
LA DOLOROSA.
(MADRE DE LA SOLEDAD).
Anónima. Siglo
XIX.
La Virgen
María con elementos de la pasión de Cristo como la corona de espinas y la
inscripción “INRI”, que es la abreviación de la frase Jesús de Nazaret Rey de los Judíos. Esta inscripción fue
escrita en los tres idiomas más usados en el tiempo de nuestro Señor: latín,
griego y arameo.
ÁNGELES.
Anónimos.
Siglo XVIII.
Tallados en
madera, con la característica de que las esculturas de este siglo en la escuela
quiteña, se elaboran con ojos de vidrio, sostenidos con mascarones de plomo.
LAS BODAS DE
CANAÁ.
Anónimo. Siglo
XIX.
La inscripción
dice: “Este lienzo representa las bodas de Canaá de Galilea en donde N.S hizo
el primer milagro de convertir el agua en vino por intercesión de su Santa
Madre.
MILAGRO DE LA
VIRGEN A INDIO HECHICERO.
Anónimo. Siglo
XIX.
Este lienzo
dice: “Nuestra Señora de Guadalupe hace el portento de libertar a un indio gran
hechizo, lo mismo que su mujer, de las garras del diablo con quien había hecho
pacto por el espacio de 40 años hallándose por sus graves delitos tullido de
pies y manos y que no podía dar paso sino con muletas pero habiendo hecho voto
de ir a visitar a su santuario confesándose mereció quedar sano en el alma y
cuerpo con el favor de la piadosísima y santísima Virgen”.
FRAILERO.
Anónimo. Siglo
XVIII.
Este mueble
era utilizado por los frailes en la época colonial, por este motivo toma el
nombre de frailero. Está hecho con madera y cuero repujado. La técnica del
repujado consistía en martillar el cuero con modelos metálicos previamente
diseñados para que pueda tomar diferentes formas. En los apoyos presenta unas
volutas, que mientras más grandes eran, representaban mayor jerarquía de quien
lo utilizaba. Cada fraile poseía solamente uno en su celda.
TERCERA SALA:
BARGUEÑOS.
Anónimos.
Siglo XVIII.
Enchapado en
madera y grabado en hueso.
CONCESIÓN DE
LOS DONES DE LA VIRGEN.
Gálvez. Siglo
XIX.
Su inscripción
dice: “Dado por un devoto el 16 de marzo de 1846 y firma Gálvez”.
INTERSECIÓN DE
LOS SANTOS PARA LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS.
Anónimo. Siglo
XVIII.
En la parte
superior está la Virgen, la Santísima Trinidad y San Juan Bautista, en el
centro San Nicolás de Tolentino, San Pedro Nolasco, Santo Domingo de Guzmán,
San Francisco de Asís, San Antonio de Padua y Santa Clara de Asís,
intercediendo por las almas del purgatorio que se encuentra en la parte
inferior.
ÁNGEL.
Anónimo. Siglo
XVIII – XIX.
TENEBRARIO.
Anónimo. Siglo
XVII.
Elaborado en
madera, policromado con decoración de follaje.
Es una especie
de candelabro, que era utilizado por los frailes para la celebración litúrgica
del Vía Crusis y Las Siete Palabras en la Semana Santa.
SEÑOR DEL RÍO.
Anónimo. Siglo
XVIII – XIX.
SAN PEDRO DE
ALCÁNTARA.
Anónimo. Siglo
XVIII.
Santo
franciscano, se lo representaba con exageradas laceraciones, tiene las llagas
de los silicios, una espalda sangrante por los azotes que se propinaba y frente
a él está una cruz y un cráneo, que son símbolos de penitencia y meditación en
la muerte.
CALVARIO.
Anónimo. Siglo
XVIII.
Formado por
cuatro esculturas talladas en madera:
- Cristo Crucificado, con la técnica
del encarnado.
- Virgen María, bajo la advocación de
la Dolorosa. Es una escultura que está hecha para ser vestida, terminada solo
las partes visibles (rostro y manos).
- María Magdalena, de rodillas.
Escultura encarnada y policromada.
- San Juan Evangelista. Escultura
encarnada, policromada y tela encolada. San Juan Evangelista fue el único
apóstol presente en la crucifixión de Cristo.
El Calvario es
la fiel representación del dolor humano, representado y llevado adelante por un
inocente, pero a la vez confortado y asistido por Dios y por las personas que
ama. Estro nos recuerda que Dios sigue amando al mundo hasta entregar a su
propio hijo.
SAN ANTONIO DE
PADUA.
Anónimo. Siglo
XIX.
Santo
franciscano. Sus símbolos iconográficos son el hábito franciscano, el libro, el
Niño Jesús y una rama de azucena.
Buenas tardes me podrían dar la dirección exacta de donde se encuentra la Virgen de Guadalupe en Quito x favor
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